Consecuencias

Los impactos del cambio climático son ya obvios, aparecen en forma de olas de calor, sequías, inundaciones, hambrunas, cambios en el comportamiento de plantas y animales, alteraciones en las estaciones del año, aumento del número y probabilidad de sucesos meteorológicos extremos…

Además vivimos en una de las regiones más afectadas por el cambio climático. Sus efectos se están sintiendo a la región mediterránea de manera especial. Nuestro clima ha venido sufriendo cambios durante el siglo XX y más acentuadamente desde la década de los 70. Europa se ha calentado 1ºC de media en este último siglo, y España lo ha hecho en 1,5ºC, el doble de lo que lo que aumentó a escala global. La temperatura en España ha aumentado más que la de regiones en la misma latitud y se espera que lo siga haciendo a un ritmo de 0,4 a 0,7ºC por década

Las predicciones científicas hablan de que nuestro clima seguirá cambiando y cada vez será más cálido. Las precipitaciones, que en la Península Ibérica han ido decreciendo a lo largo del siglo XX y lo seguirán haciendo. El 2016 fue el año más cálido vivido desde que existen registros.

El Mar Mediterráneo ha aumentado la temperatura de su superficie en las últimas décadas en 0,5ªC. Además desde hace casi 20 años el nivel del mar ha ido creciendo rápidamente a un ritmo entre los 2,5 mm/año y los 10 mm/año. Este aumento, que se ha producido debido al incremento en la cantidad de agua y al aumento de la salinidad, tiene consecuencias graves como el aumento de las inundaciones, el desplazamiento de población hacia el interior, la destrucción de infraestructuras, la pérdida de tierras de labor o la salinización de aguas subterráneas.

Ya conocemos hoy con certeza algunos de los impactos que el cambio climático está produciendo y que se van a agravar por otros problemas medioambientales, como la contaminación, o los cambios en el uso del suelo. El norte de la península se mediterraneizará y el sur tenderá a la desertificación. Además por su situación geográfica la región mediterránea es más sensible al cambio climático y es más vulnerable a estos cambios debido a factores como la alta concentración de población y de sectores como el industrial y el turístico en las zonas de costa.

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